Autor: Melanie Alexander
Editorial: Khabox Editorial
Páginas: 333
Páginas: 333
Sinopsis:
Mi nombre es Elisabeth Ortega, soy fotógrafa
profesional y gorda de nacimiento.
Hoy en día, para hacerlo más bonito, nos llaman
chicas curvy, pero soy realista. Dentro de esta sociedad soy gorda, sin
embargo, realmente lo que tengo más gordo son el culo y las tetas. Me considero
una chica sexy, rompedora, aunque me ha costado mucho llegar a quererme tal y
como soy. No siempre fui atrevida, al contrario, me preocupaba demasiado por mi
aspecto, y llegué a hacer cosas de las que me arrepiento y cuento en este
Diario de una Fat Girl.
Dejé de creer en el amor. Para mí, los hombres
eran de usar y tirar, porque, sí —por mucho que os alucine—, las gordas también
follamos. Todavía hay a hombres a los que las curvas les pierden, y ahí es
donde entra Patrick —o Patricio para los amigos—.
Era un capullo, alguien que sabía que no me
convenía y con el que daba por hecho que no podría tener un futuro, pero estaba
demasiado bueno para que mis hormonas no reaccionaran ante su presencia y sus
ojazos hipnóticos.
A pesar de que mi intención no era tener a un
modelo informático en mi vida, esta me lo puso en bandeja y ¿quién soy yo para
decir que no a largas noches de diversión?
Descubre la historia de una chica alocada, con
mentalidad siempre positiva y que no cumple los estándares que el mundo nos
dice que son correctos.
Lo primero dar las gracias a mi amiga Kris L. Jordan, por
recomendarme este libro. Llevaba tiempo sin leer por ciertas circunstancias y
ella me aconsejó que con esta novela haría que me enganchara de nuevo a la
lectura, -cosa que hizo- y viera los mensajes que, entre página y página, Melanie
Alexander ha dejado para sus lectores.
La
protagonista Beth, es una chica corriente que vive de lo que le gusta que es la
fotografía, vive sola en un ático que no llega ni a 40 metros y que tiene como
vecina a su mejor amiga que es un grano en el culo porque le usurpa su espacio
personal, se come su comida y le quita el maquillaje, pero quitando esas
salvedades, la adora y la considera una hermana.
Hasta
aquí parece que todo bien. Tiene trabajo, tiene un piso aceptable, tiene una
gran amiga, pero hay un “pero” que hace que su vida no sea completa y no es la
falta de un hombre en su vida, ¡que también! pero que por circunstancias no
tiene y es ahí, el quid de la cuestión, las inseguridades. Inseguridades que le
persiguen desde niña, a causa de su peso y que, por ello, no se siente
realmente feliz. La familia, los amigos y personas de su alrededor pueden hacer
mucho daño, por el simple hecho, de no ser como la sociedad quiere que seamos: físicamente
un 10, y aunque Beth lidia con ello con sarcasmo y borderia, a veces se le hace
cuesta arriba, porque es muy difícil quererse, cuando ves el rechazo a tu
alrededor y eso, con paciencia, cariño y amor, hará que todo cambie junto a
Patrick, un modelo cañón que aunque al principio no empiezan con buen pie,
Patrick intentará que Beth habrá su corazón, se acepte tal como es y crea en el
verdadero amor.
Melanie
Alexander ha creado una historia que refleja -con humor-, como nos afecta la
sociedad, como nosotros somos los primeros que nos frenamos en la vida y que,
si nosotros podemos y creemos en nosotros mismos, lo demás da igual. Hay que
aceptarse, quererse y lo demás ira rodado.
Una
historia que me ha encantado y espero que todos los lectores que quieran leer
una novela fuera de lo común le den una oportunidad.
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